“Una persona necesita tanto raíces como alas”

Olavi Koivukangas es nativo de Evijärvi, Finlandia, pero nació en la casa de su madre en Halsua en el año 1941, mientras su papá se encontraba en la frontera Este del país luchando contra una violenta invasión.

Estudió historia en la Universidad de Turku, y en el año 1972 realizó un doctorado en filosofía en la Universidad Nacional Australiana de Canberra, con la migración escandinava como temática. En 1974 se convirtió en el director del Instituto de Migraciones, establecido en Turku. En dicha condición ha conocido muchos migrantes finlandeses en distintos lados del mundo. Él ni siquiera sabe cuántas veces dio la vuelta al mundo. Cuando se jubiló en el 2010, Koivukangas estableció la editorial “OK-kirja” (OK-libro), la cual sería la única editorial especializada en migración en Finlandia. Su esposa Pirjo es odontóloga, y lo ayudó con el trabajo de investigación de los archivos. Tuvieron dos hijas, la más joven, Sari Koivukangas, vive en São Paulo. El pasatiempo más importante de Olavi siempre ha sido el deporte, en particular el lanzamiento del martillo.

 

 ¿Cómo te empezaron a interesar los migrantes finlandeses por el mundo?

Estudié en la Universidad de Turku y realicé mi tesis sobre la revista finlandesa-estadounidense “Raivaaja”. Me recibí de la maestría en 1967 y me enteré que en la Universidad Nacional Australiana en Camberra estaban buscando un investigador para realizar una tesis doctoral sobre la migración escandinava en Australia. Me eligieron a mí, y en enero del año 1969 viajé a Australia con mi esposa. En abril del año 1972 se completó la primera tesis doctoral hecha por un finlandés en Australia.

Cuando volví a Finlandia, pensé que en Finlandia también podría ser interesante tener un instituto de investigación acerca de la migración, como aquel donde estudié yo sobre migrantes escandinavos y finlandeses. Había necesidad sobre esa información en Finlandia, dado que en los años 70 habían emigrado más de cien mil finlandeses en Suecia, y no se tenían datos sobre ellos. Así, con el apoyo del Ministro de Educación, se estableció el Instituto de Migraciones en el año 1974, donde asumí el rol de director durante 35 años, hasta el año 2010.

¿En qué país estudiaste primero los migrantes finlandeses?

En Australia, donde realicé mi tesis doctoral. Cuando volví y trabajé como el director del Instituto de Migraciones, seguí con el trabajo de investigación. Mi logro más importante fue una tesis doctoral realizada en el año 1986: “Sea, Gold, and Sugarcane: Finns in Australia 1951-1947” (El mar, el oro y la caña de azúcar: Finlandeses en Australia 1951-1947”). En mi trabajo de investigación me enfoqué en los finlandeses en el Hemisferio Sur, y el resultado fue el libro publicado en 1998: “Historia de la migración finlandesa 4, Extrañar lo lejano; Finlandeses en África, Australia, Nueva Zelanda y Latinoamérica”.

¿Cuál de tus investigaciones recibió la máxima atención?

El trabajo de investigación histórica es un trabajo del cual no se recibe mucha atención o agradecimiento. O llega al cabo de varios años cuando investigadores más jóvenes usan los libros publicados en sus propias investigaciones.

A mí me trajo mucha satisfacción saber que un descendiente de finlandeses en Australia encontró su familia en Finlandia gracias a la información en mi tesis doctoral. Me encontré con varias personas de dicha familia, y llevé a un visitante de Australia junto a un primo suyo encontrado en Turku al cementerio de sus abuelos en Piikkiö. Esta reunión de familia se dio 100 años más tarde de que un marinero bajó a las tierras australianas, y los vínculos en Finlandia se deshicieron.

De mis otras investigaciones quiero mencionar lo que escribí acerca de la historia de los finlandeses en Nueva Zelanda, y que es muy valorado. Recuperé a último momento la historia finlandesa de Australia y Nueva Zelanda, lo cual sería mi mayor logro científico.

¿Cuáles fueron tus metas más importantes como director del Instituto de Migraciones?

Mi trabajo era juntar información de los migrantes finlandeses en distintos lados del mundo y luego promover las actividades de investigación, para que la historia de nuestros migrantes sea guardada para los mundos siguientes. Todo eso fue principalmente para la investigación académica. Otra meta fue un Proyecto de Investigación para el gobierno finlandés, con el regreso de inmigrantes finlandeses en Suecia como meta. Y cuando los primeros inmigrantes empezaron a volver en los años 70, se necesitaba también información acerca de cómo migrantes provenientes de culturas ajenas podrían ser acomodadas a la sociedad finlandesa.

¿Cómo es tu imagen de los finlandeses en Oberá, Misiones?

Visité por primera vez la Colonia Finlandesa en Misiones en el 1996 cuando se celebraron los 90 años de la colonia. Desde el año 1906 los finlandeses construyeron sus viviendas y caminos en el bosque virgen, y requirió mucho trabajo y esfuerzo. Fue una alegría conocer a las personas  pertenecientes a la Colonia, los cuales hablaban aún bien finlandés y para los cuales, su viejo país de origen se mantenía en los recuerdos queridos, y se mantenía el contacto con sus familiares de allá. Colonias parecidas he visto en distintas partes del mundo y siempre me sorprendió cómo los jóvenes de aquellas épocas se atrevieron a salir hacia lo desconocido en Sudamérica, Alaska, Australia y Siberia. Siempre quise ver los lugares donde vivían los finlandeses para comprender mejor la migración. He dicho varias veces que seré de los últimos exploradores finlandeses aún vivos.

¿Por qué los finlandeses emigran? ¿Y por qué vuelven a Finlandia?

 Cuando un finlandés parte, tiene sus motivos. Muchas veces son económicos, con la idea de obtener mejor calidad de vida en otro lado o volver con más prosperidad a Finlandia. Además, muchas veces hay motivos personales como las ganas de aventura y la esperanza de nuevas experiencias en distintos lados del mundo. A veces también puede ser por motivos políticos o religiosos.

Solo una pequeña parte de inmigrantes finlandeses vuelve a Finlandia. Cuando uno vivió décadas en el exterior rodeado por hijos y nietos, es difícil volver al país de origen. El coronavirus de ahora aumentó  la vuelta de los finlandeses a Finlandia. Adicionalmente muchos de los que habían ido a vivir a las ciudades, empezaron a volver al campo, a sus lugares de nacimiento.

¿Mensaje a la juventud finlandesa?

He dicho  a los jóvenes que en algún momento de su vida vayan al exterior para aprender nuevos trabajos y habilidades, y conocer nuevas culturas pero, que después vuelvan a Finlandia para utilizar estos conocimientos. Una persona necesita tanto raíces como alas. Si no sabes s de dónde vienes, no sabes  quién eres ni hacia dónde vas. Actualmente estoy escribiendo la historia de la familia Koivukangas en Erijärvi. Somos descendientes de dos hermanos de Pirkkala quienes pusieron impuestos a las poblaciones de Laponia, y yo soy el 15 vo  patrón de la granja familiar.

Mi otro eslogan para los jóvenes es que viajen, y así se fortalecerán sus alas.

¿Consejos sobre la vida?

 Uno debe hacer lo que siente bien y lo que le da alegría, y debe actuar para que cuando sea viejo no se arrepienta de nada. Para mí, el consejo más importante es que, uno debe vivir de tal forma que puede cada mañana mirarse a sí mismo a los ojos.

Tuve la oportunidad de realizar trabajos que amaba, y ahí uno puede hacer mucho. Y cuando me jubilé en el 2010, establecí la editorial Ok-kirja que ha publicado 11 libros acerca de la migración (ver página ok-kirja.fi). Seguí el consejo del gran actor de cine Charlie Chaplin, que afirmaba que si uno quiere llegar a viejo, tiene que trabajar.

 

Revista Fennia agradece la interesante entrevista que nos otorgó el Profesor Olavi Koivukantas

Traducciones:  Minea Benigni

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