Expresidente de Finlandia y Premio Nobel de la Paz en 2008. Fallecido el 16 de octubre del corriente año 2023, en Helsinki, Finlandia.
Nota recuperada de la Revista Fennia, que publicamos durante la visita de Martti Ahtisaari a la Argentina, en el año 1997, recibido por el Presidente Carlos Menem.
Martti Ahtisaari fue electo décimo Presidente de la Finlandia independiente, en febrero de 1994. Esta elección marcó una pauta en la historia del sistema democrático de Finlandia. Por primera vez se eligió el Presidente por medio de un sufragio popular directo en vez de una votación en el seno del colegio de electores. Esta novedad ya se hizo sentir durante la campaña electoral.
La sociedad finlandesa, al igual que el mundo entero, está atravesando por una transición profunda. Se necesitan visiones e instrumentos nuevos, así como también nuevos dirigentes. Los finlandeses quisieron un nuevo líder para la época de cambios. Martti Ahtisaari se mostró apropiado para esta nueva situación.
En su campaña electoral no buscaba el apoyo del sistema político tradicional, sino apelaba directamente al pueblo. Sus temas eran la transparencia, la interacción y la renovación de la vida política, así como la determinación de resolver el problema del desempleo. Pudo transmitir su mensaje mejor que los políticos profesionales. La mayoría del electorado veía en él un tipo de líder totalmente nuevo, ya que su carrera anterior la había hecho al margen de la política. Martti Ahtisaari nació el 23 de junio de 1937 en la ciudad de Viiipuri, que ahora se encuentra en el lado ruso de la frontera en el territorio cedido a la URSS, después de la Segunda Guerra Mundial. Su padre, ciudadano finlandés de origen noruego, era un suboficial en servicio regular del ejército. Martti Ahtisaari cursó sus estudios en la ciudad de Oulu. Se graduó en la Escuela de Magisterio con la intención de ejercer la profesión de maestro de escuela. No obstante, el joven maestro estaba ansioso de conocer el mundo y le llegó una oportunidad inesperada: la Dirección Internacional de Cooperación de Desarrollo de Suecia buscaba un joven asiduo y trabajador para un proyecto educacional en Pakistán. Ahtisaari fue escogido para ocupar el puesto en el cual trabajó durante algunos años. Esta experiencia cambió el curso de su vida para siempre.
Al llegar a Finlandia en 1963 trabajó durante un tiempo en las organizaciones estudiantiles internacionales. En 1965 entró en la recién fundada Oficina de Cooperación Técnica del Ministerio de Asuntos Exteriores, donde ascendió al cargo de Subdirector. En 1973 fue nombrado Embajador en Tanzania. Puesto, que también era Embajador acreditado en Mozambique, Somalía y Zambia. Creó una importante red de contactos en África. Sus amigos africanos le demostraron su confianza cuando la ONU buscaba un Comisario para Namibia. El Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, nombró a Ahtisaari Comisario y además su Representante Especial para Namibia, país que en aquel entonces estaba aún bajo el domino sudafricano, pero ya en marcha hacia la independencia. Gracias a su actitud firme y conciliadora Ahtisaari consiguió lo que al principio parecía casi imposible: ayudó a Namibia a obtener su independencia sin que el tejido social del país sufriera daños.
El mandato de Ahtisaari terminó en 1984. Regresó a Helsinki como Subsecretario de Estado, responsable por la cooperación de desarrollo. En 1987 el Secretario General de la ONU volvió a solicitar los servicios de Ahtisaari. Lo nombraron Subsecretario General de Asuntos Administrativos y Gestión de la ONU, manteniendo incluso su posición de Representante Especial para Namibia. La marcha hacia la independencia en Namibia estaba en su delicada fase final. Todo salió bien: Namibia se convirtió en estado independiente y se llevaron a cabo elecciones libres y transparentes. Namibia es sin duda uno de los éxitos contundentes de la ONU y Martti Ahtisaari fue la figura clave en el proceso. El estado recién independizado lo designó Ciudadano Honorario de Namibia.
En 1991 llegó la hora de regresar a casa, donde fue nombrado Secretario de Estado, el puesto más importante dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores. En 1992 la ONU necesitó otra vez las facultades de negociación y de mediador de Ahtisaari y fue designado Presidente del Grupo de Trabajo Bosnia-Herzegovina, en la Conferencia Internacional sobre la Antigua Yugoslavia.
Aunque Ahtisaari nunca había participado en la política interna de Finlandia se conocía su alineación al SDP (Partido Social Demócrata de Finlandia) de izquierda moderada. Por haber estudiado en Oulu, las divisiones locales del SDP en Oulu le propusieron la candidatura en las elecciones primarias, en las cuales se escogería el candidato del partido SDP para las elecciones presidenciales de 1994.
Era la primera vez que el partido organizaba una elección primaria y Ahtisaari la ganó para sorpresa de muchas conocedores de política. Lanzó una campaña eficaz en los comicios y fue electo con una mayoría clara de votos.
El Presidente Ahtisaari ha asumido el papel de un dirigente político activo sobre todo en lo referente a la posición internacional de Finlandia que se transformó cuando el país se convirtió en miembro de la Unión Europea. La política exterior y de seguridad ha sido tradicional y constitucionalmente la función más importante del Presidente. En su tiempo se discutía ardientemente si la política europea de Finlandia le corresponde al Gobierno y al Primer Ministro o si forma parte de la función tradicional del Presidente. Este debate ha terminado; la Constitución Finlandesa reparte estas funciones entre el Presidente y el Gobierno; y bajo las nuevas circunstancias como miembro de la Unión Europea, se trabaja sobre la base de la Constitución.
El Presidente Ahtisaari ha mantenido un contacto directo con el pueblo, iniciado ya durante la campaña electoral. Las visitas regulares a diferentes partes de Finlandia se han organizado de manera que el Presidente pueda estar vinculado directamente con los ciudadanos sin el papel intermediario de las organizaciones políticas. Así el Presidente no es solamente el primer jefe de estado electo vía sufragio popular directo, sino al mismo tiempo un líder político que conoce personalmente las preocupaciones y los intereses de los ciudadanos. Los finlandeses le dan gran valor a estas visitas. Esto se ve reflejado en la alta popularidad del Presidente Ahtisaari en las encuestas.
La esposa del Presidente Ahtisaari es Eeva Ahtisaari, de soltera Hyvärinen, profesora de Historia en la educación secundaria. Su hijo Marko es estudiante de Filosofía en EE. UU.
Material otorgado por la Embajada de Finlandia a la Revista Fennia durante la visita a la Argentina, en 1997 del “grande hombre” de Finlandia, Martti Ahtisaari.