Hace tres años, en 2019, comencé mis funciones en Buenos Aires como Embajadora de Finlandia. En ese momento, concedí una entrevista a la Revista Fennia, contando mis primeras impresiones sobre Argentina y sobre los objetivos de la Embajada y mis planes personales respecto a la vida de mi familia en Argentina en los años siguientes.
Durante los ocho primeros meses hice muchas de las cosas que mencioné en mi entrevista a la Revista Fennia. Trabajé con mi personal para avanzar y profundizar las relaciones políticas y económicas entre Finlandia y Argentina; seguimos con gran interés las elecciones presidenciales y parlamentarias argentinas; hubo visitas de Finlandia a Argentina y me reuní con ministros argentinos y otros contactos de alto nivel y en la Embajada.
Con mi familia tuvimos la linda posibilidad de viajar por Argentina: en noviembre de 2019 en las espectaculares Cataratas del Iguazú, en Óbera, Misiones donde asistimos a la hermosa misa de Navidad de la Iglesia finlandesa y donde conocí a tanta gente encantadora de origen finlandés. Visité también la famosa Picada Finlandesa y otros lugares históricos. En enero de 2020, nuestra familia visitó El Calafate, donde vimos tanta naturaleza hermosa y el asombroso glaciar Perito Moreno. Y en marzo de 2020 con mi esposo Jean-Luc visitamos Mendoza y su maravillosa Fiesta de Vendimia. También visitamos a nuestro Cónsul Honorario Carlos Pulenta y su hermosa bodega Vistalba. En el mismo viaje tuve el placer y el honor de abrir la primera escuela modelo finlandesa de educación temprana en América Latina, HEI School en San Rafael. Como soy Embajadora concurrente en Uruguay, he visitado Montevideo aproximadamente una vez al mes, para tener reuniones con las autoridades uruguayas. Todo parecía ir bien y estaba entusiasmada con las posibilidades que se avecinaban, tanto en mi trabajo en la Embajada como en la vida familiar, la escuela Lincoln de mis hijos habiendo comenzado también tan bien. Estábamos todos contentos con nuestra vida en Argentina.
¿Quién podría haber predicho lo que estaba a punto de suceder?
La pandemia mundial llegó a Argentina en marzo de 2020 y todas nuestras vidas cambiaron.
En la Embajada habíamos comenzado a observar la situación de propagación del virus Covid-19 en Argentina y habíamos hecho planes sobre cómo proceder si las cosas empezaban a empeorar.
Cuando el presidente Fernández, el 15 de marzo de 2020, anunció las nuevas medidas para hacer frente al coronavirus COVID-19, entre las que se encontraban la suspensión de clases presenciales, el cierre de las fronteras etc., en la Embajada comenzamos a implementar los planes internos que habíamos preparado. En un día, todos pasamos de trabajar en la oficina a trabajar desde nuestras oficinas en casa. En la Embajada, nuestra primera prioridad era garantizar la seguridad y el bienestar de los finlandeses que viajaban por la región. Durante unos seis meses, ayudamos a unas 60 personas a regresar a salvo a Finlandia, con los vuelos de evacuación organizados conjuntamente por los países europeos. Esto significó mucho trabajo de coordinación y administrativo y todos en la Embajada participamos en equipo, sin contar las horas, el día y la noche, los días de semana y los fines de semana. Hicimos lo que era nuestro trabajo esencial en ese momento.
Al mismo tiempo, también continuamos nuestras reuniones y nuestra cooperación con las contrapartes argentinas, uruguayas y paraguayas en los temas prioritarios de colaboración como la digitalización, la bioeconomía o la educación, aprendiendo a usar los modernos medios virtuales de comunicación. Si bien no fue posible realizar visitas bilaterales de alto nivel, hubo dos encuentros virtuales muy importantes entre Argentina y Finlandia: el primero, entre los Ministros de Educación, Nicolás Trotta y Li Andersson, y luego, entre el Presidente Alberto Fernández y la Primera Ministra Sanna Marin. A fines de 2020, se llevaron a cabo las muy buenas consultas políticas virtuales entre los Ministerios de Relaciones Exteriores de Argentina y Finlandia. En 2021 tuvimos consultas políticas entre Uruguay y Finlandia también.
Muchas veces he pensado lo bueno que era que no supiéramos al principio cuánto tiempo durarían las restricciones por la pandemia. De esa manera, solo nos concentramos en el trabajo desde nuestras oficinas en casa y en el uso de herramientas virtuales y, de hecho, nos las arreglamos muy bien, y también organizamos muchos eventos y seminarios web interesantes.
Poco a poco en el 2021 la pandemia fue amainando y en la Embajada comenzamos a trabajar en dos grupos rotativos entre la oficina y el home office hasta que, desde aproximadamente octubre del 2021, hemos podido volver a trabajar todos desde la Embajada en la avenida Santa Fe. La pandemia nos enseñó muchas lecciones valiosas, los medios virtuales de trabajo y el trabajo remoto también, con los que continuamos, junto con el trabajo presencial.
Para nuestra familia, y sobre todo para nuestros hijos, lo más difícil de la pandemia fue la escuela virtual que duró más de un año. Fue una época muy dura y como tantos jóvenes estudiantes en Argentina y en el mundo, también sufrieron las consecuencias. Por lo tanto, fue una alegría aún mayor cuando finalmente pudieron comenzar nuevamente las clases presenciales a mediados de 2021. Ambos han terminado la escuela secundaria con éxito este año y todos disfrutamos enormemente este momento. En el trabajo he podido viajar nuevamente, a Montevideo y recientemente a Rosario, tener muchas reuniones y eventos sociales interesantes y establecer relaciones sociales, que son tan importantes en el trabajo diplomático.
Estos últimos tres años han sido muy interesantes, sorprendentes, plenos e intensos. Creo que todos hemos aprendido mucho y creo que una de las cosas más importantes que hemos aprendido es que nos necesitamos unos a otros. Necesitamos estar en contacto, necesitamos poder vernos las caras, hablar con una persona real y no solo la pantalla, tomarnos de la mano y abrazarnos. Gracias a Dios podemos hacer todas estas cosas de nuevo. Como el virus todavía circula, por supuesto que debemos tener cuidado, pero al menos las cosas parecen ir en una mejor dirección.
Nuestra familia se va de Argentina con gratos recuerdos y con un nuevo integrante: una perra llamada Cindy que es una labradoodle australiana, de Pilar. Ella es nuestro lindo recuerdo permanente de Argentina.
En mi entrevista en Revista Fennia en octubre de 2019, dije que fui agradablemente sorprendida por la amabilidad de los argentinos. Esto no ha cambiado. Sigo pensando que lo mejor de Argentina es su gente cálida. La aprecio mucho. ¡Y todavía me gusta mucho el vino tinto Malbec, eso tampoco no ha cambiado!
Quisiera desearles a todos los lectores de Revista Fennia lo mejor para el futuro. ¡Tienen un gran país – trabajen juntos por él, siembren las semillas de la confianza y riéguenlas con fe! Muchas cosas buenas crecerán de esto con el tiempo y la perseverancia.
¡Hasta luego, näkemiin!