Casa del Tantanakuy: Un refugio para el encuentro de la cultura popular

Queda “apenas” a 3 mil metros sobre el nivel del mar. De paredes de adobe y techo de torta de barro, las figuras centrales son las bibliotecas donde se aprietan libros de distintos géneros y se exhiben las publicaciones de Jorge Calvetti, un ícono de la poesía del norte argentino. Pase y conozca un lugar donde se respetan y escuchan los pasos de otros tiempos y las voces de hoy, ensamblando así todas aquellas cosas del alma que fortalecen la identidad.

La idea original era la de reunirse en un gran patio, en las casas con árboles y poder invitar a una gran cantidad de amigos, gente que se conoce en el camino. El sitio elegido fue Humahuaca, más precisamente al pie del Monumento a la Independencia, a 3 mil metros sobre el nivel del mar. El mismo que muchos llaman, erróneamente, al Indio. La escalinata es una platea natural. Por muchos años, ése fue el centro del Tantanakuy. Pero la idea de ampliarlo, hacerlo itinerante fue creciendo hasta convertirse, literalmente, en algo concreto.
La primera impresión es la de una confortable casa de amigos, de paredes de adobes, techo de torta de barro, sillas de madera, donde las figuras centrales son las bibliotecas donde se aprietan libros de distintos géneros y se exhiben las publicaciones de Jorge Calvetti, ícono de la poesía argentina.
El adobe -preparado con tierra para el cultivo- está dispuesto con un sistema antisísmico. La casa está diseñada por el arquitecto Jorge Estrada y fue construida por Armando Alvarez. Las puertas y las sillas son de madera de cardón. Cuenta también con un salón-auditorio de 110 metros cuadrados. Trabaja durante el año dirigido por Juan Cruz Torres (hijo de Jaime e integrante de la Banda Wiñaipaj) y Aldana Loiseau (hija del dibujante y humorista Caloi). Y dan talleres de sonido en vivo, danzas folklóricas, corte y confección regional y artesanal, teatro, plástica y taller infantil de cine y expresión.
Completan el complejo un galpón bien grande, con varios dormitorios, una escalinata de cinco gradas, bien ancha, que es la platea. Baños y cocina y un patio circular abierto, donde se hacen los conciertos, bailes y encuentros. Todo protegido por un mástil con dos banderas. La celeste y blanca, obviamente, y la Wipala, la bandera a cuadritos de siete colores, que representa a las naciones collas, el Tawantinsullo.

Sin fines de lucro
“Congregación mística de agüelos enterrados, que citados en el témporo-espacio de civilizaciones pasadas, se conjugan en remotos y arcaicos sentimientos pachamámicos. Reencuentro de solistas embarrados por manifestaciones, abandonadas en pucarás y antigales, topamiento de cornetas, quejumbrosas, roncadoras, que se aplacan o levantan, temblequeando en terrosas capillas o en tostados misachicos. Tantanakuy, reunión de dioses inkas del antiguo y feliz Tawantinsuyo, enjambre de vírgenes confinadas al dios Inti, tata sol; a mama Quilla, madre luna; bronce enhiesto plasmado en monumento, rostros fieros de indígenas ya muertos. ¡Tantanakuy! Atahualpa, Viracocha, Intri Sumaj, Manco Capaj, sinonimia de Humahuaca. Peña blanca que desgarra lloriqueos de ojotudos, runas viejas, enterradas bajo pircas que ha volteado el viento puna… ¡Tantanakuy! Humahuaca, corazón y orgullo de un folklore que no muere”, escribe Fortunato Ramos en Costumbres, poemas, regionalismos, publicado en Humahuaca, en 1985.
La Asociación Tantanakuy es sin fines de lucro, promueve la actividad cultural para las más variadas expresiones del espíritu y las más diversas y libres necesidades de comunicación. Es una asociación destinada a respetar y escuchar los pasos de otros tiempos y las voces de hoy, ensamblando así todas aquellas cosas del alma que fortalecen nuestra identidad. Constituida en 1987, tiene como objetivo principal revalorizar y fomentar la cultura regional. La Asociación creó un Centro Cultural, la Casa del Tantanakuy, allí desde el año 2000 se mantiene una continua propuesta cultural con actividad permanente.
Niños, jóvenes y adultos encuentran un espacio para expresarse, comunicarse y desarrollarse a través del arte, afianzando y enriqueciendo el camino de su propia identidad.
Su principal objetivo es realizar acciones culturales que promuevan la contención social de la niñez, a través de la promoción de la cultura regional. Para ello se recurre tanto a la recuperación y transmisión de los rasgos culturales locales, como así también los accesos a expresiones de otros pueblos y de la sociedad global. De ésta manera se promueven alternativas de desarrollo basadas en la cultura, potenciando los recursos tradicionales y con apertura a la sociedad contemporánea.
Se destacan las actividades de apoyo escolar a niños y niñas a través de su Biblioteca “Jorge Calvetti” que, por disposición del escritor, recibió gran parte de su biblioteca personal, entre ella están los libros Poemas Conjeturales, Libro de Homenaje y Dávalos (dedicado a su amigo Juan Carlos). También recibió una donación de 2.500 publicaciones de la editorial Kapeluz y la ayuda del Ministerio de Educación de la Nación.
Es presidida por el maestro del charango, Jaime Torres. Sus principales antecedentes se fundan en la realización del Tantanakuy de adultos e infantil.
“Cuando uno se reúne en una casa, entre amigos, es como que está jugando a cantor, a regalarse una canción, a brindársela. Esta fue un poco la intención inicial del Tantanakuy. Encontrar un lugar donde la gente, los lugareños, tengan donde reunirse, hombres a quienes les entusiasma esta música y poder hacerla allí. Esta cultura, estas músicas estuvieron tapadas durante mucho tiempo, como si se desconociera que existen estos sonidos del altiplano. Ahora, por suerte, esas fronteras están desapareciendo”, dice Jaime Torres.

Tantanakuy infantil
foto lahti IIIEl objetivo es que la gente de la puna y la quebrada pueda reunirse para cantar sus coplas y tocar sus instrumentos. Eso sí: no hay premios ni jurados ni cachet ni se llama festival. Orquestado por el charanguista Jaime Torres, el Tantanakuy Infantil es la versión infantil de esta fiesta que se las arregló para sobrevivir al cólera, a la malaria económica y a la indiferencia que Buenos Aires demuestra por la verdadera música del altiplano.
En 1983, en consonancia con el éxito del Tantanakuy, comenzó a celebrarse un encuentro, con objetivos semejantes, que convoca a niños y niñas de toda la provincia de Jujuy para expresar la cultura popular. Al mismo también aportan su presencia algunas figuras consagradas y jóvenes creadores de toda la Argentina.
El Tantanakuy Infantil se realiza en octubre y anualmente reúne en su celebración, cada año en un lugar distinto de Jujuy, a unos 600 niños y niñas que comparten sus creaciones. Se ejecuta a partir de aportes generosos y voluntarios, con apoyo del sistema escolar de la provincia. Aunque no cuenta con presupuesto propio, para cada edición se solicitan aportes particulares e institucionales. Con gran esfuerzo se logra su celebración con austeridad y gran convocatoria.
De memoria, de felicidad, de creatividad. De eso se tratan estos encuentros que se hacen año tras año en la puna y la quebrada jujeñas. Más allá de circunstancias políticas, devaneos económicos y sufrimientos laborales. Las entrañas y las raíces llaman. Y hay gente para contestar.

Un poco de historia
foto lahti IIEn 1975 comenzó a realizarse anualmente en la ciudad de Humahuaca (en plena área andina de la provincia de Jujuy, Argentina) un encuentro de artistas populares con el fin de revalorizar la cultura regional, llamado Tantanakuy (encuentro, en quechua). El motivo fundamental fue haber percibido el comienzo de “algo que se estaba perdiendo”, de valores incalculables que hacen a la identidad de una etnia. En él participaron, en igualdad de condiciones, tanto figuras consagradas como artistas locales sin, o con escaso desarrollo profesional. Entre sus principales impulsores se destacaron grandes creadores e intérpretes de trayectoria internacional, como Jaime Torres, Jaime Dávalos, Medardo Pantoja, las hermanas Cari y Beatriz Cabana.
Fue la primera iniciativa de este tipo, no competitiva, a partir de asistencias totalmente gratuitas por parte de todos los artistas, y con claros objetivos de promoción cultural que se celebró en la Argentina. Se solventó con aportes personales e institucionales (gobiernos, empresas y ONGs) sin apoyos comerciales ni de otro tipo. Por su calidad, originalidad, y apoyo masivo del público tuvo gran trascendencia en los medios de comunicación de todo el país.
En su 20° edición había quedado demostrado que el Tantanakuy cumplía con sus objetivos de preservar la identidad cultural, a través de la música y las manifestaciones artísticas; ya que año a año, y con dicho estímulo, los artistas comenzaron a gestarse aumentando el número de participantes músicos, copleros, poetas, pintores, etc.
Su última edición se realizó en 1995. Su interrupción estuvo vinculada a problemas de financiamiento; sin embargo, atendiendo a una demanda de la comunidad, en el año 2004 se realiza una nueva edición del Tantanakuy; con una nueva metodología organizativa que lo multiplica en jornadas con distintas propuestas.
Reconocimientos
. Año 2004 – 1º premio del Festival Imágenes Jóvenes de Buenos Aires por el cortometraje “El valor de las cosas”
. Año 2005 – UNICEF encarga ocho cortos sobre los derechos del niño, en donde surgen dos animaciones, dos videoclips y 4 ficciones que reflejan claramente los reclamos de los niños y jóvenes de la zona.

Contacto
En Jujuy, Humahuaca:
Casa del Tantanakuy
Calle Salta N°370 – Humahuaca
Y4630DNH Jujuy – Argentina
Tel-fax: (03887) 42-1538 –
e-mail: tantanakuy@arnet.com.ar
En Buenos Aires:
Tel: 4300-0010

Francisco Lahti es escritor y periodista. Escribe para el diario El Zonda de San Juan, provincia donde vive.

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